
LA ETERNA DUALIDAD
Cuando llueve en Uyuni, la llanura de sal pone de cabeza al cielo. Bajo la línea del horizonte el azul se abre como un abismo, y las nubes avanzan como oleajes. A lo lejos, siluetas diminutas de vehículos y personas se mueven con ligereza, como acróbatas suspendidos en un escenario de luz.
La tierra entera se convierte en espejo, y la sal humedecida en cristal líquido. Entonces, en un instante sin tiempo, el mundo físico y la metáfora se encuentran, como la luna y el sol en un eclipse. La dualidad se revela sin pudor, tal como en el origen de todo.








